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Calentando las neuronas en el microondas

12 Abr, 2011, por Sergio. 4 Comentarios

Viernes noche, 4 y pico de la madrugada, me despiertan los alaridos de mi hija pequeña que reclama como cada noche su complemento alimenticio nocturno (por edad ya no le toca, pero la chica tiene hambre), no obstante algo ha cambiado… el entorno no me es familiar. No me encuentro en mi casa, estoy pasando el fin de semana con mi familia y mis cuñados/as en una casa de turismo rural y me toca bajar a tientas unas escaleras hasta la cocina que está en la planta baja.

Antes de dormir he dejado todo estratégicamente preparado para no despertar a los que duermen: la dosis exacta de leche y cereales, todo dispuesto para calentarlo al microondas. Pero esa noche he cometido un error fatal: olvidé familiarizarme con el microondas y cuando me dispongo a ponerlo en marcha me encuentro con esto:

Microondas con muchos botones

Medio dormido, con la presión de la situación, procurando no hacer ruido para no despertar a nadie y mi hija quejándose, hambrienta, empiezo a trastear los botones intentando ponerlo en marcha, pero nada no hay manera, pruebo todas las combinaciones posibles, y tras unos 15 / 20 eternos minutos de tensión (y tras despertar a todo el mundo), por fin hallo una que funciona, la cual sigue los siguientes pasos:

Pasos para poner en funcionamiento el microondas

  1. “Regulación previa”, varios clics en el botón para controlar la potencia.
  2. Tiempo
  3. Programar el tiempo
  4. Arranque

Todo ello dispuesto en un cuadro de mandos, que como podéis comprobar se explica por si solo…

El diseño de los controles de un microondas es un tema muy recurrente en cualquier blog de usabilidad, junto con el diseño de los mandos a distancia, ascensores y kioskos interactivos. Es curioso como un electrodoméstico que no deja de ser un horno más rápido, ha de ser concebido como el cuadro de mandos de un avión.

En líneas generales, los controles de los hornos microondas suelen pecar de los siguiente:

  • Exceso de complejidad y funcionalidades «placebo».
  • Falta de affordance en los botones. Teniendo en cuenta el contexto, los botones han de ser grandes, old school, con volumen y limitaciones definidas. Vaya, que los podamos hacer servir con las manos manchadas de harina o aceite.
  • Etiquetado: falta de instrucciones claras, o instrucciones que se ocultan al poner el dedo sobre el botón, o que se borran al cabo de poco tiempo al limpiar el horno.

Controles complejos en varios microondas

Imágenes de Birdies 100, Joseph Nicolia, Peter Renshaw y Andreas Bossard

En algunos lugares públicos, por ejemplo oficinas o restaurantes self-service, también podemos ver algunos ejemplos de post-diseño, es decir, añadidos y notas de los usuarios para corregir errores de diseño o falta de instrucciones.

Instrucciones en hornos Microondas

Imágenes de Jonathan Blundell y Tim Collins.

Llegando en algunos casos a ser muy agresivas

 

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4 comentarios

  1. Jaume says:

    Realmente en ciertos aspectos se está dejando de lado la funcionalidad en pos de la visualidad (creo que acabo de inventar un nuevo vocablo). Quizá no sea malo del todo, pero en el diseño productos de uso cotidiano por gente de a pie debería de primar lo pragmático y, si me apuras, lo minimalista. Para mi el mejor diseño de todos los que aqui se representan es el último: dos controles giratorios, uno para la potencia y otro para el tiempo, y nada más, el arranque/parada se controla cerrando/abriendo la puerta

  2. Sergio says:

    Cierto amigo, y si me apuras, yo aún lo reduciría mucho más.

  3. Francisco says:

    tenías que ver los que tenemos en la oficina Sergio, parece que dan un premio a la antiusabilidad al peor de todos porque… qué barbaridad con algunos de verdad. En uno de ellos todavía no he sido capaz de programar el tiempo que yo quiero (fracciones de minuto) y no los prefijados que tiene (minuto, 2 minutos) en fin…

  4. […] objetos cotidianos siguen siendo tan complicados de usar. ¡Otros incluso […]